viernes, 28 de enero de 2011

LEYENDA DE SAN ANTONIO ABAD.

LEYENDA DE SAN ANTONIO ABAD.

San Antonio Abad fue egipcio de nacimiento. Sus padres eran de buen linaje y acomodados. La vida de este santo la escribió San Atanasio, su gran amigo. San Antonio Abad murió el 17 de enero del año 356.
Se le llama "Abad" que significaba "padre", porque él fue el padre o fundador de los monasterios de monjes.
De pequeño no le enseñaron a leer ni escribir, pero sí lo supieron educar cristianamente.
Se afirma que San Antonio Abad vivió hasta los 105 años, y que dio orden de que sus restos reposasen a su muerte en una tumba anónima. Sin embargo, alrededor del año 561 sus reliquias fueron llevadas a Alejandría, donde fueron veneradas hasta alrededor del siglo XII. Su herencia es solamente una túnica hecha de piel de cordero.
Los antiguos le tenían mucha fe para que alejara de sus campos las pestes que atacan a los animales. Por esto lo pintan con un cerdo, un perro y un gallo. Había también la costumbre de que varios campesinos engordaban entre todos cada año un cerdo y el día de San Antonio, lo mataban y lo repartían entre los pobres.
Se cuenta también que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se le acercara.
Pero con el tiempo y por la idea de que el cerdo era un animal impuro se hizo costumbre de representarlo dominando la impureza y por esto le colocaban un cerdo domado a los pies, porque era vencedor de la impureza.
Antaño era costumbre que los niños y los no tan niños cantaran canciones típicas de esta festividad mientras jugaban a la rueda alrededor de la hoguera. A modo de ejemplo se incluye la siguiente letra:
San Antón mató un marrano
y no me dio las morcillas
quien le diera a San Antón
con un palo en las costillas.
Los restos del santo descansan en VIENNE, Francia.

COMO REPERCUTE EN VERA ESTA LEYENDA.

Un hecho devastador se va a sumar a la tragedia de la I Guerra Mundial. En los Estados Unidos, en una granja se queman los cuerpos de centenares de cerdos enfermos de una extraña enfermedad. Sus cenizas aventadas por el viento caen en los poblados cercanos. Esto sucede en los momentos en que se inicia el embarque de tropas para participar en la Gran Guerra. El virus de la gripe pasa así de América a Europa y se va extendiendo de nación en nación en los momentos finales de la guerra. En 1918 hubo en Vera una epidemia de gripe que acabo con la vida de muchísimas personas. Se dice que esa epidemia empezó cuando unos mercaderes llegaron del extranjero y al parecer alguno llevaba esa enfermedad consigo. Se cree que empezó la epidemia en una barbería.

La gente iba muriendo sin poder hacer nada. Un día el cielo se volvió rojizo y empezó a desaparecer ligeramente la enfermedad. Dijeron que ese fenómeno natural y la desaparición de la enfermedad eran gracias al patrón San Antonio Abad, patrón entre muchas cosas del fuego. Sacaron la imagen del santo por las calles y la epidemia desapareció del todo. El pueblo fue castigado severamente por esa epidemia pero se sobrepuso con coraje. De esta manera el pueblo de Vera agradece siempre a San Antonio Abad el milagro del fin de la epidemia.





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